Por Ana Josefina García Santillán

Entre España e Italia se siguen acumulando el 90% de las importaciones de aceite de oliva por parte de Ecuador. En el año 2022 alcanzó un valor de 6,04 millones de dólares.

En los últimos seis años se ha confirmado un crecimiento experimentado en el consumo de aceite de oliva en Ecuador, debido al acuerdo comercial multipartes entre este país sudamericano y la Unión Europea, el cual entró en vigor el 1 de enero de 2017. Esto supuso una reducción de los aranceles e impuestos a la importación de muchos productos originarios de la UE, tal como el aceite de oliva. 

Los aranceles del aceite de oliva proveniente de Europa eran elevados, lo cual encarecía mucho el producto, si bien gracias a este acuerdo bilateral el arancel pasó a ser del 0%, dando resultado a una buena comercialización en Ecuador, los precios son más accesibles.

Originariamente en Ecuador el aceite de oliva era consumido principalmente por la clase media y media-alta. La mayor parte de la población compraba productos sustitutivos y conocidos como el aceite de maíz, el aceite de girasol y el aceite de palma, que cuenta con una amplia oferta local y precios más económicos.

La sensibilidad a la variabilidad de precio en Ecuador es resultado de la situación económica que se vive actualmente, lo que hay que tener en cuenta  al hora de diseñar la estrategia de entrada a este mercado, puesto que su consumo de aceite de oliva ha estado condicionado por estas cuestiones. Sin embargo, esta situación está cambiando y actualmente se evidencia un cambio de comportamiento en el hábito de compra de los consumidores, incluso en los percentiles de menores ingresos que deciden incluirlo en su cesta alimentaria.

Actualmente existe más oferta, variedad y marcas, pero aún falta un mayor posicionamiento en la cultura ecuatoriana, debido a que aún falta un avance en la promoción y publicidad del producto. Un punto a tener en cuenta es que Ecuador tiene una economía dolarizada, lo que prácticamente elimina el riesgo de devaluaciones monetarias, otorgándole mayor seguridad y previsibilidad al exportador español a la hora de colocar su producto en el mercado ecuatoriano.

En Ecuador la oferta y los hábitos locales alimenticios de los sectores de mayores ingresos valoran el modelo europeo, por lo que los productos importados gozan de muy buena aceptación, y en concreto la procedencia española es siempre un valor añadido. El aceite de oliva está asociado con la calidad del producto español y con las bondades de la Dieta Mediterránea. En conclusión, los hábitos de los ecuatorianos están cambiando hacia una alimentación más sana y variada. La mayoría de las importaciones son productos de gama media y alta.

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