Por Ana Josefina García Santillán

La sequía y las olas de calor extremas han reducido a la mitad la producción española de aceite de oliva. El precio en origen ha aumentado un 112% desde el año pasado.

El aceite de oliva es uno de los productos más consumidos en el mundo y un ingrediente esencial en la dieta mediterránea. A pesar de eso, en los últimos meses su precio ha alcanzado máximos históricos. Ningún otro país de la Unión Europea se ha visto más afectado que España, a pesar de ser el primer productor mundial de artículos de consumo de primera necesidad. 

La sequía y las olas de calor extremas han reducido a la mitad la producción español de aceite de oliva. El precio de origen ha aumentado un 112% desde el año pasado, pero aun así los agricultores afirman que están perdiendo dinero. 

El litro de aceite en los comercios españoles ha aumentado un 52,5 por ciento en un año, muy por encima de la media europea del 38,3 por ciento y de otros países productores como Italia, Grecia y Portugal. 

El aumento del costo del aceite de oliva también está elevando el precio de otros productos, incluidas las conservas. Ahora en España, el ingrediente más caro de una lata de sardinas es el aceite de oliva que contiene. 

España exporta el 70 por ciento de su producción de aceite de oliva, lo que significa que los consumidores españoles ahora tienen que competir por el producto en un mercado global cada vez más competitivo.

Pero habría que preguntarse lo siguiente: ¿Es el cambio climático el factor generador del cambio de precio en España? Los costes de producción aumentan cada día más y los precios varían. En dicho país, las temperaturas más extremas son hasta los 25° y sus inviernos son largos y fríos.

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