El aceite de oliva es conocido por ser un delicioso aliado que nos permite realzar y crear distintivos platos. Además, por sus muchas propiedades y aportes para nuestra salud.
Sin embargo, para poder aprovechar todos sus beneficios y mantenerlo en buen estado, es necesario que el aceite se almacene de forma correcta. Sobre todo, una vez abierto, ya que a partir de ese momento tendrá una cierta cantidad de días para ser consumido.
Durante un cierto periodo de tiempo puede conservar sus características organolépticas y sus nutrientes en perfecto estado, luego su calidad irá descendiendo pues se puede volver rancio, adquiriendo sabores y olores desagradables.
El AOVE no tiene una fecha de caducidad, es decir puede durar mucho tiempo en nuestra cocina y mantenerse en estado óptimo. No obstante, si tiene, una fecha de consumo preferente.
El gran secreto para evitar que el aceite de oliva pierda sus propiedades, se atroje, sobre todo cuando se trata de aceite de oliva virgen extra. Es su almacenamiento, una vez que lo hayamos abierto durará alrededor de seis semanas.
Si logramos almacenarlo adecuadamente evitamos que sufra cambios en su estructura. Hacerlo es bastante sencillo. La mejor forma es usando botellas oscuras, que evitan que la luz afecte su estructura, también debemos guardarlo en algún lugar fresco y seco para alejarlo de las altas temperaturas.
Es importante que una vez abierto, lo mantengamos cerrado el mayor tiempo posible, ya que al entrar en contacto con el aire comenzarán los procesos de oxidación.
En conclusión, cuida su almacenamiento, consume aceites de procedencia confiable, una vez abierto consume en un corto periodo de tiempo, prefiere botellas oscuras y de vidrio, y cada vez que lo uses asegúrate de taparlo inmediatamente.
Por Nicolás Birbaun @nbirnbaun