El olivo es un árbol del cual se utilizan sus frutos, aceites y hojas, siendo estos elementos ricos en compuestos como antioxidantes, oleína, ácido palmítico, aracluína, estearina, colesterina, cicloartenol, ácido benzoico y manitol, los cuales ofrecen importantes beneficios para la salud. Una de las principales bondades que se le atribuyen es que ayuda a bajar de peso y controlar la glucosa en la sangre. Estas hojas ayudan a reducir el azúcar, provocando menores cantidades de insulina en la circulación, lo que lleva a que se acumule menos grasa en la región abdominal y a lograr un mejor control de la glucemia. Gracias a la oleuropeína y el hidroxitirosol.

La oleuropeína también tiene capacidad antioxidante, lo que ayuda a la protección de las células de la piel, que puede tener mejores condiciones de elasticidad e hidratación. Adicionalmente, este polifenol es capaz de actuar contra los radicales libres provocados por los rayos ultravioleta y la contaminación ambiental, por lo que protege contra el envejecimiento.
Asimismo, un té elaborado con las hojas de olivo se puede utilizar como antiséptico bucal, en el sangrado e infección de las encías.

Otro efecto beneficioso es su acción en los problemas digestivos como, acidez, gastritis, colitis y úlcera péptica. También sirve para regular la presión arterial, causando vasodilatación, razón por la cual puede emplearse en casos de hipertensión, angina de pecho, arritmias y otros problemas cardiacos.

Por último, las hojas de olivo poseen oleocantal, un compuesto antiinflamatorio que tiene propiedades similares al ibuprofeno, por lo que ayuda a disminuir los síntomas de inflamación y a mejorar los sintomas.

Por Nicolás Birbaun @nbirnbaun

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