La egresada de la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo Gachi Dominguez (Mendoza) nos cuenta con sus propias palabras cuál fue el camino que le llevó a crear numerosas etiquetas de Aceites de Oliva.

Hace aproximadamente 20 años me dedico al diseño, casi exclusivamente al diseño de etiquetas para vino. Lo cual, entre una cosa y otra, me llevó al diseño de etiquetas de aceites de oliva.

Cuando comencé descubrí un mundo muy poco explorado pero fascinante, los diseños en las etiquetas de oliva eran casi inexistentes. Mis primeros diseños se inspiraron en mí como consumidora y años más tarde los profundicé como sommelier de aceite de oliva, en lo cual también me capacité.
Intento desarrollar etiquetas sobresalientes, ya que en el mercado se encuentran casi todas muy similares, que contenga algo más allá de la imagen de aceituna u olivo.

Lo primero que tengo en cuenta a la hora de diseñar es la calidad del producto, intento que esto sea lo que más sobresalga en la etiqueta. Además de los requerimientos y necesidades de cada cliente.

Suelo utilizar recursos simbólicos o abstractos, detalles de imprenta, estampas, relieves, calados, etc. Siempre priorizando la diferenciación y la pertenencia, es decir, que el producto que yo estoy diseñando se diferencie de lo que hay en el mercado y que le pertenezca a ese cliente o a esa empresa en particular y no a otro.

Cuando un futuro consumidor se encuentra frente a una góndola, quizás le llame la atención una etiqueta en particular y por eso se lo lleve. Ese sería el guiño, hoy por hoy hay tanto en el mercado que atrapar el cliente a través de la imagen es muy importante y obviamente si sumamos que le gusta por la imagen y después el producto le encanta y es excelente, seguramente es un cliente que vamos a fidelizar.

También es una manera de entrenar al cliente visualmente, como pasa en el mundo del vino.

Me ha pasado de trabajar algunas etiquetas de, por ejemplo, una productora de oliva a la cual previo al diseño le pregunté ¿Cuál es el color que menos te gusta? Y me respondió el rosa. La etiqueta, la diseñé en color rosa, con oro, con estampado de oro y con una trama que tiene que ver un poco con Julio Le Parc, que es un artista nuestro particularmente argentino, pero reconocido a nivel mundial, que tiene unas características muy de arte cinético. Entonces el diseño lo planteé como si fuera una trama de gotas, generando un movimiento óptico aparente que según cómo se lo miré, se ve más oscuro o más claro y genera como un movimiento, pareciera que se estuviera moviendo o goteando de alguna manera.

También puede ser que tenga que ver con el nombre que va a salir como marca, tengo otro cliente, que su marca es ¨Flor mía¨. Entonces, a partir de ese nombre generé un diseño que tiene que ver con una flor, con la del olivo, pero visto de una manera un poco más metafórica. Uso la flor del olivo sin ser, sin mostrar el olivo en sí, porque el producto sale del árbol y el árbol tiene flores.

También me ha pasado que el nombre es un nombre familiar o un apellido que no tiene nada que ver o que no aporta, o que no me aportaría para la cuestión gráfica. Entonces ahí busco en realidad la manera de generar un concepto comunicacional – visual, que genere una linda imagen que por ahí no tenga que ver con el nombre del producto.

Desde ya hace un par de años el aceite de oliva, por lo menos en Argentina, se está posicionando a un nivel casi como el vino, cuando antes no lo teníamos.

Considero que eso ha potenciado al producto a instaurarse como muy de “moda”, una moda sana. Se ve en programas de televisión, de cocina, cocineros, todo se cocina con aceite de oliva.

Esto también ha permitido que la imagen gráfica del aceite crezca a pasos agigantados en el mercado, tanto como en el vino que existen diseños totalmente locos, clásicos, tradicionales… infinidad.

Es lindo entrar a un lugar de delicatessen, o un almacén o un supermercado y encontrar una góndola con gran variedad de aceites de oliva, con una linda imagen de diseño. Impulsa al producto y lo incorpora a las ligas mayores.

También nos potencia como marca país en cuanto a imagen, para poder competir con otros aceites del mundo.

Con respecto a la imagen, he tenido la posibilidad de catar aceite de todos lados del mundo junto a la Asociación Argentina de Sommeliers de aceite de oliva y hemos descubierto infinidad de diseños desde botellas a etiquetas, que es tremendo y yo creo que en Argentina estamos descubriendo ese camino.

Autor: Nicolás Birnbaun

Instagram Gachi Domínguez: @gachiruth

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